THE HUMAN BEING
EL SER HUMANO
* Nada hay tan maravilloso como el ser humano". Así expresaba Sófocles en una de sus tragedias su admiración por la humanidad. ¿En qué basaba su admiración? Para Sófocles, como para la mayoría de filósofos griegos, el ser humano es admirable porque es un ser especial: forma parte de la naturaleza, pero es diferente al resto de los seres naturales.
En primer lugar, porque es el único animal que piensa y habla, se preocupa por buscar la felicidad y trata de comprender el mundo que le rodea. Es capaz de analizar la naturaleza de las cosas y buscar la verdad; pero también es capaz de preguntarse por el más allá, inventar almas inmortales y poblar el cielo de divinidades semejantes a él, aunque infinitamente poderosas.
El hombre se destaca por su relación tanto con la creación visible como con la invisible, ya que debido al accionar divino tiene esencia material e inmaterial: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente" (Gn. 2:7). Dios coloca en su criatura más excelsa el poder de vida y le garantiza ser partícipe de características divinas esenciales, como amor, personalidad, libertad, entendimiento, inmortalidad. Dios capacita al hombre para reconocer al Creador, amarlo y alabarlo. De esa manera, el hombre está orientado a Dios, incluso si no reconoce siempre al verdadero Dios y coloca otra cosa en su lugar.
A diferencia de Platón, Aristóteles no concibe las almas de los vivientes como "algo distinto y escondido en los cuerpos" que pueda separarse de ellos, sino como un tipo de facultad o función de los organismos. Así, en las plantas, el alma explica que sean capaces de nutrirse y reproducirse; en los animales, que huyan del dolor y busquen el placer; en el humano, que seamos capaces de hablar y pensar. Aristóteles no cree posible aislar el alma vegetativa, es decir, lo que mantiene viva a una planta, del resto de la planta, ni separar el alma sensitiva del cuerpo del animal. De la misma manera, la facultad de hablar y pensar, el alma humana, no puede existir al margen del ser humano competo, que es quien la hace posible.





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